Escrito por Alicia Hurtado.
“El cerebro creó al hombre” es el título de unas de las obras del Dr. Antonio Damasio, reconocido Neurocientífico y Neurólogo, desde este enfoque biológico podemos entender como nuestro cerebro ha ido evolucionando gracias a la parte más humana, y nuestra consciencia propia, quién doma su funcionalidad y por ende regula los pensamientos y actuaciones.
Investigaciones en el campo de la neurociencia han aportado un mejor conocimiento del funcionamiento del cerebro en relación con las emociones y la salud. Tradicionalmente las investigaciones se han centrado en las emociones negativas, principalmente el miedo.
Pero en los últimos años se han iniciado investigaciones sobre los circuitos neuronales implicados en las emociones positivas. Desde estas investigaciones centradas en los estados emocionales positivos Davidson (2005) se centra en resaltar, la importancia de las primeras experiencias sociales en el desarrollo del sistema nervioso. Las investigaciones nos ofrecen detalles del desarrollo pre y postnatal del cerebro, de cómo las experiencias sensoriales y el clima afectivo positivo favorecen el desarrollo global de niño y en especial el cerebro emocional.- Esto es particularmente importante hasta los siete años, cuando se considera que se llega al “uso de razón” si se ha trabajado la Educación Emocional en la Etapa de Educación Infantil, los niños y niñas entrarán en la etapa de Primaria, con la
adquisición de competencias emocionales que le ayudarán de manera muy positiva e
integral. Pero el desarrollo del cerebro en su totalidad, razón/emoción y demás regiones ejecutivas, continúa su desarrollo y evolución, durante la segunda década de la vida. En concreto se ha constatado que ciertas regiones del lóbulo frontal no maduran hasta los 20-22 años (Keverne, 2005). entrando en las edades adolescentes que tanto necesitan del equilibrio emocional.
Considerando como muy importantes estos conocimientos y fundamentos basados en la neurociencia, para la intervención educativa orientada a la mejora del bienestar y del cambio de mirada del docente, que se siente referente emocional de sus alumnos. Por ello es imprescindible la formación del docente en inteligencia emocional, neurociencia y psicología, pudiendo hablar como lo denomina el Dr. Francisco Mora (2022) de Neuroeducador. Un docente que es referente emocional para sus alumnos, capaz de crear el clima afectivo y emocional que beneficie a los niños y niñas de hoy, para lleguen a ser adultos con competencias emocionales para la vida.
En la última década del siglo pasado, la OMS nos advertía que la primera causa de baja
laboral serían las afecciones a nuestra salud mental, como fatídicamente estamos
comprobando. El Director General de la OMS el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus,
(2021) «Es sumamente preocupante que, a pesar de la evidente y creciente necesidad de servicios de salud mental, la cual se ha agudizado aún más durante la pandemia del COVID-19, las buenas intenciones no se vean acompañadas de inversiones,» Este informe amplia los planes de consecución de objetivos al 2030, para incrementar las metas mundiales recogidas en el Atlas de Salud Mental que proceden del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental de la OMS. Desde Salud mental España reclama la educación emocional en las escuelas, como prioridad para cuidar la salud mental en la infancia y prevenir posibles trastornos en la edad adulta:
SALUD MENTAL ESPAÑA reclama la educación emocional en las escuelas, como prioridad para cuidar la salud mental en la infancia y prevenir posibles trastornos en la edad adulta
Desde esta perspectiva nos situamos en la actualidad y desde el ámbito educativo y social,
somos muy conscientes de la vital importancia que tiene implementar como asignatura la
Educación Emocional. Conocemos que el desarrollar la Inteligencia emocional desde el
primer ciclo de Educación Infantil, con continuidad en E. Secundaria y universidad, es la
herramienta preventiva para paliar la enfermedad metal, Bisquerra (2012)
Las recomendaciones de los autores referentes en el ámbito de la Inteligencia Emocional
e investigaciones empíricas de las experiencias realizadas, nos confirman que de la
implementación de programaciones anuales de educación emocional, y la que
implementación de este ciencia educativa, demuestran la relevancia de llevar estos
contenidos a las escuelas, institutos y universidades, cuyos beneficios recalan en los
contextos. Existen diferentes estudios sobre las recomendaciones de cómo implementar y
desarrollar la educación emocional, como el artículo ofrecido por los autores Rafael
Bisquerra, Nuria Pérez (2012) a la asociación de inspectores de Educación en España:
Así como numerosas experiencias del desarrollo de programas en colegios e institutos de
toda España que nos confirman que el cambio del clima escolar y el bienestar del
alumnado y profesorado, y en las familias, gracias a la adquisición de las competencias
emocionales.
Me parece interesante ofrecer mi propia experiencia desde la publicación del artículo
publicado en el MOTU (Manual de Orientación y Tutoría) donde tuve la oportunidad de
detallar el desarrollo, que como autora de la programación Emoti de educación
Emocional, dirigí y lleve a la práctica de las aulas de educación Infantil, en tres centros
públicos de Lorca, (Murcia) con el pilotaje oficial desde la CARM, como experiencia
piloto de innovación educativa en el cuso escolar 2018/2019. En el artículo se explica y
evalúa, tanto la formación previa y continuada del profesorado que interviene en el
desarrollo, como de materiales, metodologías y muy importante las opiniones literales, de
las familias y cuestionarios de evaluación.
PUBLICACIÓN EN EL MOTU. (MANUAL DE ORIENTACIÓN Y TUTORIA) Dr. RAFAEL BISQUERRA
Como maestra especialista en educación emocional quiero compartir como a lo largo de
mis años de docencia, no he recogido tantas satisfacciones profesionales reflejados en los
niños y niñas y su familias, como cuando en 2014 inicio mi camino de formación y
cambio de rumbo y mirada, con el desarrollo de mi inteligencia emocional, que he ido
contagiando y enseñando en las aulas. Agradecer a todos los grandes maestros, referentes
en España y en el mundo que he tenido la suerte de encontrar en mí caminar de los
cuales me he nutrido. Y ya concluyendo, resaltar, con la defensa de la necesidad acuciante
de implementar la educación emocional en el ámbito educativo, me gustaría aportar un
listado de sus beneficios en los alumnos y en la sociedad:
– Cambio positivo en el clima educativo y social.
– Mejora de la salud mental de alumnos, profesores y familias.
– Mejora de las relaciones sociales.
– Aumento de la empatía.
– Aumento de la afectividad.
– Mejora del afrontamiento del duelo y procesos de perdidas.
– Disminución de los conflictos.
– Disminución de acoso escolar.
– Desmitificación de la enfermedad mental,
– Aumento de petición de ayuda emocional y psicológica,
– Aumento y búsqueda del buen humor.
– Aumento del respeto y el agradecimiento.
Por estos y más motivos beneficiosos, somos muchas las personas que anteponemos e integramos la educación emocional en los conocimientos académicos
La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.
Paulo Freire
BIBLIOGAFÍA
Bisquerra Alzina, R., & Pérez Escoda, N. (2012). Educación emocional: estrategias para su puesta en práctica. Avances En Supervisión Educativa, (16).https://doi.org/10.23824/ase.v0i16.502
Bisquerra, R. (2012). Emoción y salud: implicaciones para la práctica. M. Alvarez, & R.
Bisquerra, Edits.) Manual de orientación y tutoría. Obtenido de http://www. aisbcn.
cat/wp-content/uploads/2018/08/1-Salut-i-emoci% C3% B3. pdf.
Bisquerra, R. (Coord.). (2002). La práctica de la orientación y la tutoría. Barcelona:
Praxis-Wolters Kluwer. Bisquerra, R. (Coord.). (2011). Educación emocional. Propuestas
para educadores y familias. Bilbao: Desclée de Brower.
Castillo, V. L. G. (2020). El control europeo del ciberespacio ante el discurso de odio:
análisis de las medidas de lucha y prevención. Araucaria, 22(45).
Damasio, A. (2018). Y el cerebro creó al hombre: ¿cómo pudo el cerebro generar
emociones, sentimientos, ideas y el yo?. Ediciones Destino.
Davidson, R. J. (2005). Well-being and affective style: neural substrates and
biobehavioural correlates. En F. A. Huppert, N. Baylis y B. Keverne, B. (eds.), The science
of well-being (pp. 107-139). Oxford, RU: Oxford University Press. Keverne, B. (2005).
Understanding well-being in the evolutionary context of brain development. En F. A.
Huppert, N. Baylis y B. Keverne, B. (eds.), The science of well-being (pp. 35-56). Oxford,
RU: Oxford University Press.
Mora, F. (2022). Neuroeducador. Una nueva profesión. Comercial Grupo ANAYA, SA.
Ocampo López, J. (2008). Paulo Freire y la pedagogía del oprimido. Revista historia de la
educación latinoamericana, 10, 57-72.